Pues como lo prometido es deuda, y ahora que tengo un momento libre, os haré un resumen de mis primeras sensaciones al volante del CX 30.
Empezaré por los datos objetivos. Hice una ruta ida y vuelta con un total aproximado de 600 km, un 60% por autopista y un 40% por carretera, en general buena y no muy sinuosa. Los consumos fueron de 6.2 a la ida y de 6.0 a la vuelta, siempre respetando los límites permitidos (o casi siempre) y con una conducción como si llevase a mi abuelita de pasajera (quien me ha visto y quien me ve). Y es que la edad al final acaba pesando y nos vuelve más formales.
Bueno, dejo de filosofar para comentaros lo que, todos los que tenéis el coche, ya sabéis de sobra. Es una pasada de coche: suave, silencioso, cómodo, etc. Los kilómetros pasan tan deprisa que quieres ir más lejos para disfrutar aún más, y cuando llegas, te llena una gran satisfacción por haber acertado de lleno en tu elección.
Había leído algunas críticas sobre la entrega de potencia de este motor, y debido a mi falta de práctica con un cambio de seis velocidades, es verdad que hubo momentos que la sexta daba la sensación de no empujar nada. Y es cierto que no empuja nada, pero es que esa no es su labor. Hay que jugar con el cambio, cosa que me encanta y por lo que no lo quise con cambio automático. Se nota que el motor tiene potencia, y eso que no lo puse a prueba en absoluto como se merece. El cambio es suave y preciso y la palanca con poco recorrido va perfecta.
En lo que se refiere a las asistencias a la conducción, pues como todo, una buenas y otras algo menos, pero por mi falta de práctica también. Tengo que acostumbrarme a ellas y aprender a calibrarlas del modo que sea más útil.
Termino ya, porque si por 600 miserables km os pego esta chapa, cuando lleve diez mil, que Dios os coja confesados.
Saludos.
Empezaré por los datos objetivos. Hice una ruta ida y vuelta con un total aproximado de 600 km, un 60% por autopista y un 40% por carretera, en general buena y no muy sinuosa. Los consumos fueron de 6.2 a la ida y de 6.0 a la vuelta, siempre respetando los límites permitidos (o casi siempre) y con una conducción como si llevase a mi abuelita de pasajera (quien me ha visto y quien me ve). Y es que la edad al final acaba pesando y nos vuelve más formales.
Bueno, dejo de filosofar para comentaros lo que, todos los que tenéis el coche, ya sabéis de sobra. Es una pasada de coche: suave, silencioso, cómodo, etc. Los kilómetros pasan tan deprisa que quieres ir más lejos para disfrutar aún más, y cuando llegas, te llena una gran satisfacción por haber acertado de lleno en tu elección.
Había leído algunas críticas sobre la entrega de potencia de este motor, y debido a mi falta de práctica con un cambio de seis velocidades, es verdad que hubo momentos que la sexta daba la sensación de no empujar nada. Y es cierto que no empuja nada, pero es que esa no es su labor. Hay que jugar con el cambio, cosa que me encanta y por lo que no lo quise con cambio automático. Se nota que el motor tiene potencia, y eso que no lo puse a prueba en absoluto como se merece. El cambio es suave y preciso y la palanca con poco recorrido va perfecta.
En lo que se refiere a las asistencias a la conducción, pues como todo, una buenas y otras algo menos, pero por mi falta de práctica también. Tengo que acostumbrarme a ellas y aprender a calibrarlas del modo que sea más útil.
Termino ya, porque si por 600 miserables km os pego esta chapa, cuando lleve diez mil, que Dios os coja confesados.
Saludos.
