Yo, desde el principio le he puesto 95 octanos, gasolina y el coche va perfecto. Una vez se me ocurrió ponerle de 98 octanos y no note absolutamente nada, ni más potencia ni nada de nada. Y lo hice por probar, porque en el coche que yo tenia antes, que se trataba de un turbo diésel, si que notaba la diferencia entre un diésel normal y el de más octanages; la diferencia era que notaba mucha más fuerza en el “repris”. Y lo hice porque creía que iba a notar eso mismo: más fuerza, etc. Pero en este caso, el coche va perfectamente así con 95 octanos y tal y conforme me lo recomendó el jefe de taller, así como lo que dice el manual.
Este coche te invita desde el minuto uno a conducir sosegadamente, tranquilo, con ritmos suaves..., eso si, cuando necesitas imprimirle su carácter y sacarle la fuerza (dentro cada uno de su potencia, claro está) responde con energía, con el retraso mínimo y casi inapreciable de atmosférico que es (décimas de segundo) y sale de cualquier apuro que precises, adelantamiento, entradas en otondas y salir de ellas rápido, etc...Precisamente es lo que más me gusta del coche, la paridad de su suavidad/fuerza...donde tener en cada necesidad de la conducción.