- Motor
- 2.0 X 180 CV
- Versión
- Zenith Safety
- Color
- Artic White
Hola, quería aprovechar este tema para comentar mi experiencia con el CX-30 tras unos cuantos días sin usarlo, debido a las circunstancias que acontecen actualmente por la limitación en la movilidad que impone el estado de alarma por el COVID-19. Sé que hay varios post en el foro con vídeos técnicos sobre las recomendaciones a seguir con los vehículos que se encuentran en esta situación, pero son genéricos, y en algunos casos muy radicales, recomendando incluso desconectar la batería, o mantener arrancado el motor durante al menos 30 minutos en parada.
Paso a contaros mi caso. En primer lugar, comentar que por la experiencia de muchos años de conducción, es conveniente arrancar y mover el coche al menos una vez a la semana como mínimo. Esto mantiene activos, además de la batería, el resto de circuitos y fluidos del vehículo, evitando que los neumáticos se deformen por estar en contacto con el suelo y recibir la presión una misma zona de la rueda.
Por circunstancias que no vienen al caso, pasaron algo más de 15 días sin tocar el coche, y aunque lo tengo en garaje, fui a arrancarlo con cierta preocupación por si me había quedado sin batería, aprovechando que tenía que hacer la compra en el súper del barrio. La primera precaución que tomé fue no abrir el maletero hasta que hubiese arrancado el motor, para evitar el consumo eléctrico que ello podría conllevar. Por lo que me acerqué a la puerta del conductor, sin esperanza de que me reconociese, y sin pulsar el mando que llevaba en el bolsillo, pero cual fue mi sorpresa al ver que en cuanto tiré del manillar de la puerta con la mano, abrió los "alerones" (retrovisores) y parpadeó los intermitentes, a modo de alegre bienvenida. Me alegró mucho, ya que esperaba tener que usar la llave manual, pero no fue así. El siguiente paso fue apagar inmediatamente las luces interiores de cortesía delanteras y traseras, para evitar consumo eléctrico (aunque sea pequeño, todo ayuda), y procedí a arrancar el coche, quitando la posición de iluminación en automático y apagando inmediatamente las luces cortas. Arrancó a la primera y sin problemas, por lo que lo tuve un rato al ralentí y luego hice mi recorrido, durante el que vi que cargaba perfectamente la batería auxiliar, que aún conservaba tres bloques de los seis totales de que dispone. Creo que esa batería ha tenido mucha culpa de que no se me haya quedado el coche en "dique seco". Tras la compra en el súper, el coche me volvió a arrancar sin problemas y volví a casa teniendo la precaución de dejar las luces interiores en posición de 'apagado' y en modo manual. Al cerrar el coche me fijé en que los retrovisores se plegasen perfectamente, ya que uno de los motivos por los que nuestros Mazda se pueden quedar rápidamente sin batería es que no queden perfectamente cerrados, tal y como comenta un compañero en otro post, ya que de esa manera el coche, al estar abierto, permanece constantemente 'buscando las llaves' y eso hace que aumente el consumo eléctrico. Espero que estos comentarios os sirvan para vuestros bólidos en estos días de poco uso.
Paso a contaros mi caso. En primer lugar, comentar que por la experiencia de muchos años de conducción, es conveniente arrancar y mover el coche al menos una vez a la semana como mínimo. Esto mantiene activos, además de la batería, el resto de circuitos y fluidos del vehículo, evitando que los neumáticos se deformen por estar en contacto con el suelo y recibir la presión una misma zona de la rueda.
Por circunstancias que no vienen al caso, pasaron algo más de 15 días sin tocar el coche, y aunque lo tengo en garaje, fui a arrancarlo con cierta preocupación por si me había quedado sin batería, aprovechando que tenía que hacer la compra en el súper del barrio. La primera precaución que tomé fue no abrir el maletero hasta que hubiese arrancado el motor, para evitar el consumo eléctrico que ello podría conllevar. Por lo que me acerqué a la puerta del conductor, sin esperanza de que me reconociese, y sin pulsar el mando que llevaba en el bolsillo, pero cual fue mi sorpresa al ver que en cuanto tiré del manillar de la puerta con la mano, abrió los "alerones" (retrovisores) y parpadeó los intermitentes, a modo de alegre bienvenida. Me alegró mucho, ya que esperaba tener que usar la llave manual, pero no fue así. El siguiente paso fue apagar inmediatamente las luces interiores de cortesía delanteras y traseras, para evitar consumo eléctrico (aunque sea pequeño, todo ayuda), y procedí a arrancar el coche, quitando la posición de iluminación en automático y apagando inmediatamente las luces cortas. Arrancó a la primera y sin problemas, por lo que lo tuve un rato al ralentí y luego hice mi recorrido, durante el que vi que cargaba perfectamente la batería auxiliar, que aún conservaba tres bloques de los seis totales de que dispone. Creo que esa batería ha tenido mucha culpa de que no se me haya quedado el coche en "dique seco". Tras la compra en el súper, el coche me volvió a arrancar sin problemas y volví a casa teniendo la precaución de dejar las luces interiores en posición de 'apagado' y en modo manual. Al cerrar el coche me fijé en que los retrovisores se plegasen perfectamente, ya que uno de los motivos por los que nuestros Mazda se pueden quedar rápidamente sin batería es que no queden perfectamente cerrados, tal y como comenta un compañero en otro post, ya que de esa manera el coche, al estar abierto, permanece constantemente 'buscando las llaves' y eso hace que aumente el consumo eléctrico. Espero que estos comentarios os sirvan para vuestros bólidos en estos días de poco uso.