Este fin de semana he podido comprobar durante bastantes kilómetros cómo funciona la óptica de los faros Full Led Adaptativos que lleva el Mazda CX-30 en situación de niebla intensa, y os lo voy a comentar.
En primer lugar, lo he llevado la mayor parte del recorrido en modo de "iluminación automática", al ser más cómodo, ya que de esta forma se puede olvidar uno de tener que estar cambiando las luces, especialmente durante la conducción nocturna. Pues bien, el efecto con niebla intensa de los faros que llevan nuestros coches es de que en los treinta metros que hay delante del coche, literalmente "no hay niebla", empezando ésta a partir de esos 30 metros hacia delante. Al principio pensé que era un efecto óptico y realmente no había niebla en ese tramo, pero cuando miraba por las ventanillas laterales o por los retrovisores, la niebla era tan intensa que apenas se veía unos pocos metros. Otra cuestión que me ratificó que la "desaparición" de la niebla delantera no era algo circunstancial, sino que se debía al trabajo de los faros del coche, fue el hecho de que cuando me acercaba por detrás a un vehículo que circulaba más lento o a un camión, la niebla aparecía nuevamente y poco a poco ante mis ojos en esos primeros metros, en los que antes no había. Esto se debía a que los faros "bajaban" sus haces de luz para no molestar ni deslumbrar a los vehículos delanteros, al acercarse por detrás y detectar sus luces y antiniebla traseros. Volviendo a "desaparecer" o aclararse la niebla cuando cambiaba de carril para adelantarlos. De hecho, he podido circular a velocidad normal en todo el recorrido, mientras que el resto de vehículos, en algunos casos y a veces circulando en grupo, no llegaban a los 80-90 Km/h, en tramos de autovía donde se podía circular a 120. Es una sensación increíble, y espero que si alguno ha conducido con niebla y le ha pasado, lo comente, para ver que es una circunstancia común, ya que no me había pasado nunca en muchos años de conducción y con distintos vehículos de todos los tipos.
Francamente, después de casi 11meses y 15.000 Km el CX-30 me sigue sorprendiendo, y cada día estoy más contento con la respuesta de este coche a las condiciones de circulación, por difíciles que sean, así como por la sensación de seguridad real que proporciona, lo que hace que conducirlo sea una verdadera gozada.
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