Los detectores de fatiga, aunque en general son eficaces, son sistemas que a veces actúan con cierto retraso porque ya hemos empezado a conducir de manera errática y asumiendo algunos riesgos. Por ello, los fabricantes siguen desarrollando nuevos métodos de detección de fatiga que se anticipen más a este problema. Los más avanzados como MAZDA en el acabado ZENIT montan cámaras en el interior del coche que «miran» a la cara del conductor y reconocen hacia donde estamos dirigiendo nuestra mirada, el número de veces que parpadeamos, etc.
Si estas cámaras detectan que cerramos los ojos más de la cuenta o que no estamos atentos a la carretera activarán una alerta